¿No sois acaso amor, pura constancia?
¿Entre el sístole son de la pasión?
¿Y entre el diástole son de la esperanza?
¿Para así reprobar a la razón?
¿Que con sólo el retumbo de su práctica?
¿Hunde al espíritu y al corazón?
Ah, qué no diera yo porque mi mente
Fuera tan sólo a la imaginación
A recoger mi pensamiento en ciernes.
Ya no tendría más que la ilusión
De que la vida es propio menester
De la felicidad y del amor.
Autor: Sotelino