Hacía tiempo que no te decía
Que eres en mí la plácida conciencia
Que nace de la vida cada día
Por entregar mi mundo a la aquiescencia
De la paz, del amor y la alegría.
Hacía tiempo que ya te contara
Que eres el albo arroyo rumoroso,
La gracia del jardín del alba clara,
La vivacidad del día luminoso,…
Que a la Reina de Saba se compara.
Hacía tiempo que ningún vocablo
Que dijera sentir cruzaba la Estela
Real y se situaba en el retablo
De mi alma. Ayer fue pena por mi Abuela
Y hoy es amor, Andrea, del que hablo.
Hacía tiempo, aún sin conocerte,
Que ya te amaba como amara Apolo
A Dafne, loco y pávido a perderte,
Sabiendo que una vez me amaras sólo
Tendría que inquietarme por la muerte.
Hacía tiempo que mi poesía
No poseía musas amorosas,
Rociando suspiros y melancolía
Sobre un jardín de libros y de rosas
En una atmósfera de mediodía.
Y todo este periodo de ventura
Se fundamenta y tiene su sostén
En ver la vida como una aventura
Cuyo rumbo es al margen del edén
Y cuyo pie fue grata botadura.
Hace tiempo ya que al decir Andrea
Quiero decir Amor, Simbología
De Esperanza, de Grana y de Azalea,
De Bienandanza, de Filantropía,
De que lo que tenga que ser, que sea.
Hace tiempo ya que la diosa Gea
Sembró divinidad en la mujer,
Le dio imagen de Beldad, Idea
De Inteligencia, Lema del Saber,
Y todo resumido en Vos, Andrea.
Autor: Sotelino