Para los jóvenes Zaragozanos el ir a San Fermín era una tradición, habían ido nuestros hermanos mayores, y seguían yendo después nuestros hermanos pequeños, ya digo una autentica tradición, claro estamos a 160Km, un paseo vaya, había una camaradería entrañable, he regresado años después y la masificación es inaguantable, cientos de guir@s borrachos ciegos, sin orden ni concierto, ha ganado la hostelería y los ingresos en la ciudad a costa de perder otros valores, aunque los que seguimos yendo desde hace muchos años (porque yo sigo yendo siempre que puedo) sabemos dónde ir y con quien nos juntamos…