Aaron Ralston (James Franco) es un aventurero que cree conocer como la palma de su mano los bellos y peligrosos cañones de Utah. No duda en lanzarse a tumba abierta con su bicicleta, alcanzando velocidades increíbles, y siempre que tiene ocasión se zambulle en los lagos de las profundidades en compañía de chicas que admiran su valentía.

Pero, un día, la frenética excursión de Aaron termina de manera dramática: resbala por un precipicio, cae al vacío y queda atrapado entre dos rocas, a cientos de metros de la superficie. Casi habría sido mejor estrellarse contra el suelo en lugar de sufrir esa terrible agonía.

Durante las 127 horas siguientes, Aaron reflexionará acerca de su vida, de sus experiencias y de todo lo que aún le queda por hacer. Y entonces tomará una decisión sorprendente que hará que nos preguntemos qué seríamos capaces de hacer nosotros en una situación límite como la suya.

La princesa Rapunzel, una hermosa joven que posee una larga cabellera rubia, ha permanecido encerrada en la torre de su castillo desde el día en que nació. Tiene totalmente prohibido atravesar los muros y salir al exterior, donde la acechan innumerables peligros.

Sin embargo, cuando un apuesto bandido se cuela por su ventana, la princesa Rapunzel no puede aguantar más: se desliza por la torre y se adentra en el bosque para encontrar al hombre de sus sueños.

Cinco personas que no se conocen entre sí quedan atrapadas en un ascensor. Tras el susto inicial y la incomodidad de la situación, deciden esperar tranquilamente a que los equipos de rescate puedan sacarlos. Pero entonces los cinco se enteran de que uno de ellos no es una persona normal y corriente, sino algo mucho más terrible, algo que escapa a la razón humana y que les hará perder el control de la situación.

Y es que uno de ellos... es el diablo.

Víctor es un joven como cualquier otro que, en ocasiones, se encuentra perdido. A través de la historia de su abuelo, 'el Cuco', el joven encontrará la pasión vital que estaba buscando. Intentando conocerle mejor descubrirá una historia familiar que tuvo lugar en el sur de España en los años cuarenta, en plena explosión de la dictadura, que dejó a toda una generación sin esperanza de cumplir sus sueños y aspiraciones.

El director Daniel Villamediana aborda aquí una historia sobre la familia, las diferencias históricas y sociales entre el sur y el norte de España, sobre la relación del país con América y, básicamente, sobre la vida interior de uno mismo.

Diego (Quim Gutiérrez) tenía una vida aparentemente perfecta: joven, guapo, con éxito, enamorado hasta las trancas y a punto de casarse con la mujer de su vida. Lo que no sabía es que esta no lo era tanto e iba a dejarle tan solo cinco días antes del enlace. Él, desesperado, pensará en varias opciones: presentarse en la iglesia por si cambia de opinión, emborracharse y despotricar sobre ella, intentar recuperar a su primer amor.

Para ayudarle a decidirse están sus dos primos, Julián (Raúl Arévalo) y Miguel (Adrián Lastra), quienes decidirán llevárselo al pueblo a pasar el fin de semana. a beber hasta reventar y a recuperar a Martina (Inma Cuesta), la que fuera su amor de adolescencia.

Micky Ward (Mark Wahlberg), conocido con el apodo de 'El irlandés', fue un gran boxeador de peso welter que llegó a luchar por el campeonato del mundo. Se trata de una historia real que nos recuerda a la protagonizada por Sylvester Stallone en 'Rocky': también aquí tenemos a un marginado social, un adicto a las drogas y al crimen, que encuentra la redención poniéndose los guantes, subiendo al cuadrilátero y siguiendo los estrictos entrenamientos de su hermanastro, un boxeador retirado llamado Dicky Eklund (Christian Bale).

Dirigida por David O. Russell ('Tres reyes', 1999), la película repasa la caída y la resurrección de Micky Ward, que terminó su carrera como boxeador con 51 peleas, sumando 38 victorias (27 por KO) y 13 derrotas.

Cuatro hombres deambulan por la ciudad presionados por su propio pasado. Podrían o no conocerse, pero las circunstancias harán que su historia conjunta acabe resurgiendo, justo cuando todos y cada uno de ellos necesita salir del aislamiento en el que han estado inmersos.

Definida por su director como "una comedia de acción mental acerca de la soledad, el miedo, la necesidad de recordar y un robo fallido", la película destaca por la particular forma en que fue concebida: sin apenas presupuesto y rodada a trompicones.